En el Prao

todavía on tour

el mapa del vivero

Sábado
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A pesar de estar en Holanda, la tierra de las flores, desde hace casi tres meses, he tenido muy poco contacto con ellas. Un ramo comprado en Den Bosch; una visita al mercado de flores de Utrecht; y poco más. Continuo con el curso de horticultura del RHS, que me va ayudando a cimentar los conocimientos básicos de la botánica y de la salud del suelo, y paso las mañanas escuchando podcasts de jardinería, siempre con un cuaderno a mano. En uno de ellos, Sarah Raven hablaba de un vivero bastante singular en Europa, aquí en Holanda. Por suerte, The Hessenhof está a solo 45 minutos de la ciudad donde estoy, así que el sábado fuimos a visitarlo. Mi experiencia con los viveros es que son como grandes supermercados que venden macetas de todos los colores y tamaños, compost con turba, todos los pesticidas, herbicidas y productos químicos que puedas imaginar, decoraciones de jardín y media docena de plantas (que por algún milagro siempre están en flor).

The Hessenhof no podría ser más diferente: todas las plantas que venden son plantas perennes, divididas o plantadas a partir de semillas por ellos mismos;  no utilizan ningún tipo de químicos, solo abonos caseros; cero turba, solo compost de hojas muertas. El lugar es un paraíso, hasta el estacionamiento es precioso!  Tienen una zona de jardín, donde exhiben todas las plantas que tienen, para que los clientes puedan ver cómo son cuando maduran (casi 6000 plantas diferentes), muy bien identificadas. En un solo allium he visto cinco especies de abejas distintas; hay polinizadores por todas partes.  Invernaderos de cristal, charcas con ranas, una pequeña cafeteria en el granero. Me enamoré. Y me inspiré. El resto de la tarde con Berta la pasamos con café y bizcocho de zanahoria, hablando de todas las cosas que nos gustaría hacer con nuestro futuro - cosas bonitas, esperamos.

Gracias por leer.

Mónica